En los trabajos de Louis I. Kahn, la Casa Adler y la Casa DeVore, podemos encontrar una superposición del espacio clásico y el espacio moderno logrando crear un espacio diacrónico. Lo diacrónico se ocupa de un hecho, un fenómeno o una circunstancia a medida que evoluciona a través del tiempo. Sin embargo, en la arquitectura se piensa que esta presume un tiempo único, sincrónico, es decir la experiencia y conceptualización de un edificio se entienden como una misma. Para el lector de la arquitectura el tiempo es la experiencia en el espacio, la cual mayormente es linear.
Una forma en la que la arquitectura puede suspender el tiempo de la narrativa es superponiéndola en otro tiempo, lo que podemos ver en las casas Adler y DeVore. Ninguno de estos tiempos, clásico o moderno, domina en estos proyectos resultando en una dislocación de momentos, es decir una disyunción que se experimenta en el espacio. Estas casas parecen articular una lógica interna alternativa, tanto como una propuesta contra el plan libre de la arquitectura moderna, como una crítica de la arquitectura moderna. Kahn sugiere que estas nacen del mismo orden, pero el resultado de sus diseños es diferente. Sin embargo, este genera dos tipos de diagramas para cada una, uno clásico, de nueve cuadros y uno asimétrico modernista, los que contradicen la idea de un origen único, así como la superposición de estas organizaciones niegan un comienzo en un momento en el tiempo particular. Esto, a su vez, genera la crítica hacia la noción clásica de la relación de la parte con el todo.
A través de los diagramas podemos ver la organización de ambas casas y las diferentes lecturas que se pueden encontrar sobre ellas. La organización de los pabellones en la Casa Adler parece originarse conceptualmente en la retícula de nueve cuadros, sin embargo, volver a colocar las unidades de los pabellones en una organización unificada no es posible, de modo que mantiene la idea del todo como la suma de sus partes y la idea de la imposibilidad del todo. Esta organización permite generar varias lecturas, pues depende de la simultaneidad de dos sistemas que incluyen los espacios abiertos y las unidades del pabellón. El arreglo general de las unidades en esta casa parece una organización en la que las unidades se deslizan esporádicamente de la retícula de nueve cuadros.
Por otro lado, en la Casa DeVore las unidades se organizan con relación a una pared, donde surge una lógica de espaciado en la que los espacios de dimensión se entrelazan y en marcan las unidades en una retícula de cuadros. Igualmente, la casa se asemeja al registro de un proceso que se a congelado en un momento determinado, pues alude a un posible origen, pero dificulta cualquier lectura de este. La pared, en este caso, separa, pero también enlaza los espacios, incorporando varios principios abstractos que parecen ser contradictorios.
Kahn representa en estos trabajos una ruptura entre las proposiciones teóricas inconscientes y las inversiones teóricas aparentemente conscientes. Podemos ver en cada una de estas casas una expresión de una critica de la abstracción, la que envuelve un nuevo interés en lo que parece ser incompleto y la segmentación de la forma.
Referencias y Fuentes:
Eisenman, Peter. «From Plaid Grid to Diachronic Space, Louis I. Kahn, Adler & DeVore Houses, 1954–55.» Eisenman, Peter. Ten Canonical Buildings. New York: Rizzoli International Publications, 2008. 103-126. pdf.
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